miércoles, noviembre 30, 2005

Amor, no me siento bien, ¡COF COF!

Ese día mi marinovio y yo habíamos quedado que, después de trabajar me iría a la casa a descansar un rato, me arreglaría y luego pasaría a recogerme -como toda una lady- para ir a tomar algo en un pub tranquilo o tal vez ir a bailar, dependiendo del ánimo.

Casi a las ocho de la noche, procedí después de haber dormido como media hora -gran logro para mí a esa hora- a bañarme y empezar a arreglarme. Felizmente las sesiones de tarrajeadas, no van conmigo, pero de todas maneras, el hecho de meterme al agua fría esa noche no me hizo mucha gracia. No había agua caliente.
Saliendo de la ducha y habiendo ya terminado de arreglarme, suena mi celular.

Ring, ring (tono "A Dios le pido de Juanes").

Veo el número, 3981000. Teléfono Público.

Contesto. Escucho la voz de mi marinovio que media gangosa...

Marinovio: Amor, no me siento bien. Creo que me voy a meter a la cama a dormir. Ya mañana nos vemos ¿ya? Me voy a resfriar.

Marinovia (aún con buena fe): ¿No quieres que vaya a prepararte algo caliente? (adoptando mi mejor faceta de madre y esposa)

Marinovio: No amor, gracias, no quiero tener problemas en tu casa porque salgas a esta hora -8 y 30 de la noche- ya te veo mañana (con voz ya de querer zafarse)

Marinovia: Ok. Don´t worry, nos vemos mañana si te sientes mejor.

Obviamente, terminé la conversación hecha un pichín porque ya estaba arreglada y le digo a mi mamá para irnos al casino. Total podía caernos un billetito en la máquina o en los sorteos del casino, así que... no perdíamos nada.

Al día siguiente, llamo a mi marinovio para ver cómo amaneció y si aún estaba vivo.

Celular N° 1.... tururu, tururu, en este momento no podemos contestarle. Deje su mensaje después de la señal Cara.....6&%U&%$$$%%$$///&&&&

Celular N° 2: tururu, tururu....... recontra cara.....&&%%$%/((((/&%%

Decido llamar a su casa. De repente el niño sí estaba mal. Pero para mi sorpresa, me contesta su hermana. No, me dice, tu marinovio salió anoche y ha llegado hace un rato -10 y pico de la mañana- ¿Se han peleado? Le digo que no ante la sensación de incomodidad de la hermana que me dice que metió las cuatro.

Le pedí a mi "cuñada" que no dijera nada. Esperé y mi marinovio me llamó como al mediodía. Aún la voz aguardentosa no se le quitaba, pero me dijo sí amor, estuve con fiebre y mal toda la noche. Más tarde voy a tu casa.

Pensando cual sería mi estrategia, llegó mi marinovio con su chuper amigo de siempre a la casa. Les pregunté qué milagro que estuvieran juntos.... que ya parecían Batman y Robin. A las finales.... no dije nada, me hice la que no sospechaba nada y a Robin, es decir, al chuper amigo se le salió que la noche anterior habían salido a la casa de un pata. Mi marinovio con la cara de 10,000 colores (mismo televisor Panasonic) no sabía dónde meterse. Le dije que no importaba, porque el día anterior había ganado $500 en el casino y no tenía pensado compartirlo con él.

Moraleja: No le mientas a la marinovia. Ella puede ver más allá de lo evidente.

Nota: La chica de la foto no es Ekkaia.


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lunes, noviembre 28, 2005

Llorar y llorar, llorar y llorar...

Dirás que no me quisiste y vas a estar muy triste y así te vas a quedar...

Desde que tengo uso de razón, siempre me han dicho que los hombres no lloran. Y en verdad, hasta ese momento nunca había visto a un hombre cercano a mí llorar. Sí, hasta el momento en que mi marinovio me lloró por primera vez. Y por segunda, y por tercera, y por cuarta, ¡Y POR TODAS!

Cuando escuchaba Boys Don't Cry de The Cure me imaginaba que era un ironía contra el supuesto negado lado sentimental de los hombres. Digo, si comen, bailan, saltan, estornudan y hacen todo lo demás como una mujer, ¿no se supone que también pueden mostrar su tristeza como nosotras? Pues, por lo visto, no. Pero conozco a un hombre que expresaba su pena por los todos los demás juntos: mi ex marinovio.

Yo lo adoraba. En verdad, de todos los que he tenido, ha sido el más bueno, atento, cariñoso y demás adjetivos calificativos agradables. No obstante, también tenía los afectos a flor de piel, que puede ser chévere si sabes usar tus tácticas, pero que también puede resultar fastidiosísimo si no lo sabes controlar. Si ver a una mujer llorar es triste, ver a un hombre llorar es peor, además de patético. Cada que no me gustaba algo, él lloraba. Me compraba un regalo que para nada me parecía, él lloraba. Terminaba con él porque me hartaba de sus tonterías, él lloraba, y me pedía volver, y yo cedía, y cedía, y cedía.

La primera vez fue en un parque. Le reproché no sé qué cosa, me abrazó, empezó a llorar cual magdalena y, díganme hermanas, ¿no era un momento kodak total? ¡De hecho! Así que continúe con él. La segunda vez fue previo al día de los enamorados. Él se había puesto demasiado celoso porque mis amigos me invitaban a salir y demás, le dije que me llegaba porque yo no era así con él, que me harté y que terminábamos. Y lloró, y lloró, y me pidió perdón, y dijo que si así lo quería estaba bien, y antes de irme le dí el último beso. Y de casualidad besé sus lágrimas, y me limpió los labios y me pidió perdón por haberme mojado. Díganme hermanas, ¿quién se resiste a un hombre que pide perdón? ¡Nadie! La cosa es que le perdoné, volvimos, y también lloró de alegría.

Tenía él muchos problemas personales y laborales, y decidí darle un tiempo para que los resolviera, porque adoro acaparar la atención y una hora al día para mi no era suficiente. ¿Qué creen que hizo? En plena madrugada, porque le había cancelado por celular, vino para mi casa y sí hermanas, lloró y me hizo sentir como Hitler por tamaña crueldad que -según él- yo estaba cometiendo consigo. Gata mala, gata mala. Me dijo que le estaba quitando la única ilusión de su vida, que jamás había sido tan feliz con nadie. Y me dijo lo que nunca se dice llorando -apunten marinovios: TE AMO. Y me destruyó el desgraciado. Me dejó sin palabras y no me pude negar. No le dije lo mismo, pero lo abracé, besé, y lo calenté un poquitín antes de enviarle a casa de regreso. Y cedí otra vez.

Primer año. Terminé porque me harté, bailaba horrible, me hacía pasar vergüenza. El pata, no contento con mis negativas, me buscó en todos lados, y se puso a llorar, y prometió cambiar, mejorar, y hasta quedé en darle clases para que así fuera. Y cedí y volvimos. Y pasamos la mejor noche en mucho tiempo. No hay duda: el tipo sabía lo suyo.

Dos años. Las cosas habían mejorado. No peleábamos mucho, o sea, habíamos tenidos las clásicas rupturas y él seguía llorando por eso; es decir, sin novedad. Hasta que un día, de la nada, se acerca y me dice que ya no podíamos continuar, que lo había pensado y que ya no sentía lo mismo. ¿QUÉ CÓMO DICES QUE DIJISTE? No pues, no te pases: le pedí reconsiderarlo porque había pasado mucho tiempo con él y no era justo terminar así. Se mantuvo fuerte el maldito, como nunca, y terminé aceptando aunque me rompió el alma. O sea, mil veces cedí yo y cuando a él le tocaba, nada, que no quería. Pasó una semana, y me llamó diciéndome que me extrañaba y no sé que más, que lo había pensado bien y quería regresar. ¿Qué creen que le dije?

¡ZAPATO QUE YO DESECHO, NO ME LO VUELVO A PONER!

Empiezo a pensar que la patética soy yo por haber estado tanto tiempo junto a un llorón, a pesar de que todo el mundo, cuando nos veía en plena escena melodramática, me decía que lo dejara por infantil. En fin, ahora, cuando lo ven con su nueva novia, que me imagino debe ser igual de llorona que él, me dicen "oye, tú estabas mejor que ella", y yo contesto, felicísima, "no, estoy mejor sin él".

Es que nadie puede con la Gata Fiera, que envuelve a los hombres y los deja.

Y cierro el telón.


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domingo, noviembre 27, 2005

Al marinovio le come la lengua el gato (no el ratón)


¿Les ha pasado queridas marinovias que tienen un marinovio que las quiere mucho pero que no lo verbaliza?

Desearía saber qué pasa en el cerebro de los marinovios, en esa zona gris donde las emociones se transmiten de manera verbal. Creo que no funciona correctamente o nosotras la tenemos mejor evolucionada. Por nuestra parte no tenemos ningún problema en mirar a nuestros marinovios a los ojos y decirles con una sonrisa "te quiero" pero parece que a ellos sí.

Nota, aquí hace falta una nota. No quiero generalizar. Sé que existen marinovios que expresan sin ningún problema lo que sienten por sus marinovias, pero acéptenlo, son una especie en peligro de extinción. Esos especímenes dignos de un documental en Discovery Channel, donde con una cámara escondida y un gran equipo de sonido pueden captar al marinovio cogiéndole la mano a su pareja y pronunciando esa frase en un lugar público sin ningún problema. Luego viene la voz en off del locutor: "Esto, como ustedes pueden oír, es algo muy raro de escuchar. El macho de la especie humana tiende a expresar el amor a su pareja con otros métodos, que no involucra el verbal. Sigamos observando para ver qué pasa a continuación".

Lo que a la final ustedes no se da cuenta es que para nosotras, el que ustedes verbalicen las cosas es muy importante. Sí, poseemos un sexto sentido muy agudo, podemos intuir las cosas con mucha facilidad, y por más que sepamos que nos quieren y somos importantes para ustedes, nos gusta escucharlo. ¿Por qué? Porque el oído es para nosotras uno de los sentidos más importantes. Cuando les escuchamos decir "te quiero" "qué bonita te ves hoy" o "me muero de ganas de meterte en la cama" nos hacen sentir bien. Nos sentimos queridas, nos sentimos bonitas, y por supuesto, nos sentimos sensuales. El que ustedes expresen verbalmente lo que sienten y lo que piensan sobre nosotras es muy importante, porque reafirma lo que nosotras pensamos que ustedes piensan de nosotras. Espero no haberlos enredado...

Hasta la próxima luna llena... Aaaaaaaauuuuuuuuuuuu...

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viernes, noviembre 25, 2005

El síndrome mutis del marinovio

Yo no se sí a todas les pasara lo mismo, pero suficientes relatos de amigas me han hecho concluir que es una característica de los marinovios. Ejemplo: Marinovio hace una pachotada (para variar). Puede ser cualquier cosa, digamos por ejemplo, que habían quedado en verse a cierta hora y el muy lindo no llega. Lo peor no es eso, porque todos podemos tener imprevistos, lo peor es que tampoco llama para avisar.

Al comienzo uno no da importancia, pero conforme pasan los minutos, una se preocupa, lo llama, pero su celular o esta apagado o simplemente no contesta. En fin, llega tarde con cara de yo no fui, y una lo mira entre preocupada y furiosa, y el de lo mas normal: hola mi amor. A veces dice: se me hizo tarde. Y nada más.

Entonces una ya al borde del histerismo total le pregunta: ¿Qué paso??? ¡Dijiste que venías a tal hora!

Puede que diga o no la razón, pero serán dos o tres palabras. Entonces una comienza a reclamarle, ofendida por cierto: ¿porqué no me avisaste? ¿porqué no contestaste el celular? Y a lo mucho ellos diran: no tuve tiempo.

Y a esto nosotras seguimos con las ya acostumbradas: cómo es posible, me tienes aqui esperando y yo sin saber nada, por lo menos hubieras llamado, debes ser más considerado, etc etc etc, y demás frases que sólo intentan hacerlos ver su error para que la próxima vez no cometan las mismas pachotadas.

Pero ellos, mudos. Nos ven pero no sabemos si nos están escuchando, si nos están mentando la madre, o si se están acordando de alguna otra cosa que pueda estar pasando por sus cochinas mentes en ese momento.

Obviamente el hecho de que no digan absolutamente nada nos molesta aún más y les increpamos: ¿porqué no hablas? Pero ellos no dicen nada.

Finalmente en algunos casos terminamos llorando (y despues dicen que no es su culpa), en otros simplemente nos vamos asadas. Cabe recordar que esta conducta mutis de los marinovios se da siempre que les reclamamos algo o les hacemos ver que hicieron algo mal. El motivo no interesa, el resultado es igual: MUTISMO.

Cuando más calmadas le preguntamos porqué no hablan, ellos dicen que es para evitar que nos molestemos más. ¡Pero si precisamente que no digan nada es lo que nos molesta!!!

Mi teoría es que tienen que pensar mucho para articular palabras coherentes para poder justificar sus pachotadas...

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jueves, noviembre 24, 2005

Banana Size Contest


Los hombres viven en la absurda competencia de quien la tiene más grande, cuando a la mujeres nos importa lo que cuesta un plátano (S/.0.20) su tamaño. El tamaño es lo de menos, lo que nos importa es que sea eficiente y que esté siempre listo como un buen soldado.

Un día se me ocurrió decirle a mi marinovio que había visto unos más grandes (qué mala) y comenzó tremendo drama. No me dejó terminar mi cuento, porque a lo que realmente iba era a decirle que su tamaño era perfecto para mí (ni muy grande, ni muy chico) y que encajábamos como fichas de rompecabezas, y que con otros más grandotes, a pesar de que la pasé súper bien (eso no se lo iba a decir), la mayoría de las veces me hacían doler horrible.

Hace un ratito leí que el súper guapo Enrique Iglesias (canta espantoso, pero lo de guapo nadie se lo puede negar) está poniendo su linda cara para promocionar unos nuevos condones de tamaño extra-small. Es decir, sí él puede salir orgullosamente a la luz pública "exponiendo" su maní, creo que está marcando un hito importante para romper con el pensamiento machista de que quien tenga la trompa de elefante más grande es el mejor amante.

Sí un hombre le dijera una burrada de ese estilo a su marinovia, ejemplo "pucha, que mi ex-flaca no tenía esos rollos", la marinovia podría tomar cualquiera de las siguientes acciones:
1. Mandarlo a la mismísima mierda para siempre.
2. Mandarlo a la mierda, sin goce de haber (léase sexo) por un mes.
3. Ponerse a llorar como condenada y entre sollozos mandarlo a la mierda.
4. Pensar en meterse en un gimnasio para volverse flaca y regia, y ya en ese estado de "regietud", mandarlo a la mierda.

En cambio a mí, la "burrada" que dije fue en mi total beneficio, porque desde ese momento mi marinovio comenzó a competir contra los fantasmas de mi pasado y se esforzó mucho más en sus performances. ¡Ay los hombres! Es de lo más fácil controlarlos usando el tema de la competencia...

Creo que eso se les ha quedado desde la época de las cavernas donde competían para ver quién cazaba el mastodonte más grande y quién arrastraba del pelo a más mujeres para llevárselas a su cueva (para cocinar el mastodonte). Y esto demuestra una vez más, mi teoría de que los XY poco han evolucionado, porque si se fijan bien la "Y" es realmente una "X" a la que le falta un palito... O sea, carecen de algo. Yo podría decir de qué, pero lo dejo a la consideración del lector...


Nota para Mosto Verde: No te pongas triste por descubrir la verdad sobre los cromosomas... Es como cuando descubriste que no existía Papa Noel o que a los bebitos no los traía la cigüeña desde París.

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miércoles, noviembre 23, 2005

Érase una vez… Su carro


Érase una linda tarde de verano, cuando sonó mi celular. En ese tiempo mi marinovio y yo nos timbrábamos por cada pulga que nos picaba, es decir, hasta porque si se había muerto la cucaracha a la entrada de mi casa.

Retornado a la historia, este marinovio me llama a decirme que tenía una noticia muy grande que darme y que saliera a la calle inmediatamente para darme la sorpresa.

Marinovia (ilusa como siempre sobre sus buenos modales): Ya, salgo pero toca el timbre para no tener roches en la casa.

Marinovio: Pero si te estoy llamando, ¿qué más quieres?, ¿qué te mande un correo?

Para no salir más indignada, salí no más, ante el griterío de mi madre que decía, "siempre es lo mismo, te dejas tratar como la última rueda del coche".

Abro la puerta del garaje y OH sorpresa, como me diría otro marinovio "Oh my god", veo al niño -léase perdón marinovio- sentado en su más reciente adquisición. Su carro.

Me había estado atormentando hacía meses que lo iríamos a comprar juntos, que era una inversión, que prefería quedarse sin plata pero tener cosas a su nombre -y blah blah blah-. Me quedé estúpida pensando y rebobinando que habíamos pensado ir juntos a comprarlo y él sólo atinó a decir: "Me dieron las llaves en la mañana. Sube, vamos a dar una vuelta".

Prendió la radio y estaban tocando "Don´t speak" y pensé "efectivamente, para no decirle una pachotada… Marinovia no hables…".

Aunque sí atiné a decirle…"Está bonito, aunque me hubiera gustado… de otro color".

Me comentó que ese, según él, era el color de moda y que no tenía comparación. Ah, y que no se me ocurriera, subir comida al carro ni mucho menos fumando, porque el olor se impregnaría en él.

Me quedé atónita pensando… hmmmm ¿y porqué no me llevó a recogerlo? Como no estaba dispuesta esa tarde a hacerle un escándalo porque no tenía ganas… Traté de ingeniármela con otra cosa…

Marinovia: ¿Me puedes prestar las llaves?

Marinovio: ¿Qué? ¿Te has vuelto loca? ¿Acaso ya sacaste el brevete? ¡No!! /&/%/%&%

Marinovia: Pero si me estás enseñando a manejar con el auto (de fulanito), porqué ahora no me prestas el tuyo (que en teoría era nuestro) y practico para el examen.

Marinovio: ¿Te fumaste de la mala no?

Marinovia: What? Ya pues amor…

Mi marinovio me miró con cara de pocos amigos, dio la vuelta y me regresó a la casa. ¿Quién los entiende?



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domingo, noviembre 20, 2005

Inauguración





Chicos y chicas, mañana LUNES 21 DE NOVIEMBRE, gran inauguración (bailable). Esperamos su asistencia virtual...

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