martes, marzo 28, 2006

¡Haz que tu voto cuente!

Mi actual marinovio Merrinouviou, un gringo made in Canada que con sus insospechados gestos cariñosos y emotivos me conquistó hasta llevarme al altar, además de ser muy buen amante, tiene un desagradable juego, o diré mejor defecto: le gusta ser complacido cuando lo pide, pero no lo retribuye... mejor dicho no lo retribuía, pues he aprendido a ser ASERTIVA con mis necesidades.
Sucede que tengo muy claro, la relación no es sólo sexo, pero tampoco disminuyo la importancia del mismo, la contrario, me pongo en sus zapatos cuando de oír sus necesidades se trata. En términos generales, él es recíproco, pero a veces disminuye un poco mis necesidades, y estoy "educándolo" para que esto cambie pues ambos queremos una relación duradera.

Hace unos días, Merrinouviou me pidió que le complazca un deseo, estaba pensando yo en otra cosa que hacer así que le dije "más tardecito". Pero sin mayor gesto que una cara de niño sereno me dijo: "No, ahora por favor". Recordando mis deseos de una relacion sólida, considerando que estábamos de luna de miel, y todo ese rollo de la relación, me puse en sus zapatos... Le di curso al asunto que dicho sea de paso me satisfizo tanto como a él. Días más tarde, mi sentir pidió me complazcan un deseo.... y él no lo hizo. Juró y perjuró qe lo haría después, pero salió el argumento: "Y cuando yo tenga deseos... ¿qué se supone que debo hacer? ¿a quién debo acudir?, NO SOY MÁRTIR, soy tan humana como tú, y ahora mismo me explicas qué haré cuando tenga deseos y tú no estés disponible". Y, bueno mi lindo Merrinouviou hizo lo suyo, cuidando no dejar cabos sueltos . Hmmm, muy bien.

Me costó apelar a tal argumento, más aún cuando él terminó su relación anterior porque su pareja le fue infiel, pero creo necesario establecer procedimientos para que mis deseos sean tan respetados como los de él. En fin, el proceso no está concluido pero si enrutado. El baile a dos empezó, ya les contaré más novedades.

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martes, marzo 21, 2006

El pseudo poeta-maldito

Antes de empezar, por favor, no tengo absolutamente nada en contra de la poesía ni de los poetas, quienes creo que son seres muy necesarios en nuestra sociedad. Pero, así como todo organismo viviente tiene sus plagas que lo azotan, también dentro del mundillo literario existen los pseudo poetas y los pseudo poetas-malditos, tremendos poseros que lo único que tienen de poetas es una cierta propensión a dejarse llevar por sus... arranques emotivos (léase: berrinches).

Hay que reconocerles que suelen tener una relativamente amplia cultura literaria (aunque no debemos olvidar que vivimos en el Perú, y que en tierra de ciegos el tuerto es rey), lo que los convierte en amenos conversadores. Muchos de ellos asisten a cuanto recital poético y demás eventos relacionados haya en Lima y también en provincias, e incluso hasta en el extranjero: se las arreglan para viajar bastante, usando los viejos métodos siempre vigentes del intercambio de ayudas y el trueque de servicios.

A diferencia de los artistas genuinos (músicos, pintores, actores, otros poetas y narradores, etc.) que trabajan lo suyo seriamente, profundamente y sin hacer tanta alharaca, los y las pseudo-poetas malditos(as) no trabajan pero se toman a sí mismos muuuuy en serio, y lo gritan a los cuatro vientos: esto es condición sine qua non. Aquí empiezan sus problemas (y los nuestros también).

Dicen que nadie los comprende, que todos los demás son unas bestias e ignorantes, y por supuesto, esto no hace más que retroalimentar sus... arranques emotivos, regalándonos con más y más lamentables versos, que cuando nos son mostrados, deseamos no haberlos leído jamás para no tener que enfrentar la expresión inquisitiva del marinovio pseudo-poeta maldito: "dime, ¿qué te parece?"

Aunque otros aspectos de su personalidad pueden ser interesantes, y hasta puede ser bueno en la cama, esta especie es un pésimo marinovio. A continuación algunas de las razones:

a) Se jura la reencarnación siglo XXI de Rimbaud. Por tanto, mientras más transgresor sea, mejor poeta será. Las reglas no están hechas para él: por tanto, nunca será fiel. Mientras más cuernos nos pone, mejor poeta es.

b) Se cree más inteligente que los demás. Obviamente, todas las quejas que podamos tener de él o de las cosas que hace, son descalificadas como subproducto de una mente inferior.

c) Con él no hay términos medios: es todo o nada. De tanta "pasión por la vida" este pseudoémulo de Rimbaud y Verlaine encuentra motivos para hacer escenas cada hora. Una discusión acalorada sobre un tema interesante puede ser es algo memorable: pero berrinches cada media hora porque una no ve las cosas como él (que el 90% de las veces las ve como a él le conviene), porque una saludó a un amigo en una cafetería y no se lo presentó, o porque una ya no quiere ir a oooootro recital poético más, son francamente agotadores. Para vivir emociones fuertes sin sufrirlas, es más sano ir a la ópera...

d) ¡No trabaja! Si otros integrantes de círculos literarios no les dan bola, o no toman en serio lo que hace, o si simplemente no consigue ningún trabajo de profesor para recursearse, entonces "asume el sacrificio" de no hacer nada más que dedicarse a su dizque creación literaria de medio pelo. Asumirá entonces que su marinovia oficial debe apoyarlo... en todo$ los$ $sentidos$!

e) No es buen compañero, porque todo el mundo debe girar en función de él y de su (nuevamente) dizque creación literaria: su prioridad Nº 1 siempre será su propia persona. Y, por si fuera poco:

f) No cree en el matrimonio ni en la convivencia, porque (versión oficial) no cree en otro compromiso que en aquél ya contraído con sus sagradas musas. Por cierto, un corolario de esto es que muchas otras musas, no tan sagradas, suelen merodear alrededor de él (aún delante de las narices de la marinovia oficial) para llevárselo a la cama. Algunos musos también, por cierto. Lo curioso es que, en estos casos, al pseudo-poeta maldito le importa un pito si el muso o musa comprende su "poesía".

Ufff!! Y eso que no les cuento todos los detalles de mi ex-ex-ex marinovio pseudo-poeta maldito. Cuando me harté de sus "excentricidades", de que él intentase pseudo-psiconalizar todo-todo lo que yo hacía, y en fin, de que siempre fuese yo la mala de la película, terminé con él: pero no contaba con que es imposible terminar en forma civilizada con uno de estos especímenes.

Me exigió que le dijera "quién era el otro" porque a su enorme ego no le cabía en la cabeza que lo hubiera choteado simplemente por ser un imbécil; durante varios días lo vi merodear a la salida de los lugares donde yo iba (él conocía bastante bien mis horarios), espiando si me iba con alguien más; me llamaba por teléfono a cualquier hora y colgaba; y así por el estilo.

Finalmente, amenacé con sentar una denuncia en la comisaría, y pareció calmarse. Pero a los pocos días telefoneó, al filo de la medianoche, borracho hasta las patas, amenazando con suicidarse si no volvía con él. Debatiéndome entre mi cerebro recién despertado, mi diablito soplándome al oído un "muérete al toque, imbécil" y mi angelito alertándome en el otro oído "este cojudo de verdad se va a matar", le dije:

- ¿Sabes qué? No hables huevadas. Vete a dormir la borrachera de una vez. Chau.

Inmediatamente, no me quedó más opción que llamar a una pariente suya, que me estimaba bastante, y advertirle que era posible que este animal hiciera alguna burrada. Tuve que pasar por el roche de contarle todo lo acontecido, pero por fin Mr. Pseudo-poeta-maldito me dejó en paz.

Suerte y ¡mucho ojo!

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lunes, marzo 20, 2006

¿Te pasa algo? No... Nada...

Los hombres y las mujeres somos diferentes en muchas cosas. Y quizas una de esas cosas es en la facilidad de expresar sentimientos. Pongamos un ejemplo: Una mujer (en la mayoria de casos, para que despues no digan que generalizo), cuando tiene un problema en el trabajo, con su pareja o de cualquier otra indole, es casi un requisito indispensable el hecho de que se lo tiene que contar a alguien: a la pareja, a la amiga, a la hermana, a la mamá, a la vecina o a todas ellas. Pero si un hombre tiene un problema, lo más probable es que no se lo cuente a nadie. De repente le comenta algo a su mejor amigo, previas chelas, pero no con la facilidad y las descripciones detalladas con la que las mujeres solemos contar nuestras cosas.

Cuando a mí me sucede algo, quizá lo primero que hago (despues de haber hablado con mi marinovio) es llamar a mi mamá. Como ahora ya no vivo con ella (32 años viviendo con ella es bastante), la extraño bastante. Además, soy la primera en la familia en vivir aparte (mi hna. se casó y tiene dos hijas pero vive en la casa de mi madre). A veces a mi querido marinovio le sorprende lo rápido que yo ya le he contado las cosas a mi madre. Claro que algunas cosas no le cuento (sobre todo si implican cosas privadas entre nosotros dos), pero el resto de cosas es casi de ley que se las cuente. En cambio, mi husband no es así. Sus problemas personales son personales y que yo sepa nunca le ha contado a sus padres nada de lo que le podria estar pasando o molestando. Claro que tambien tiene que ver la familia y el grado de confianza que te den, pero creo que en líneas generales los hombres se aislan, mientras que las mujeres necesitan ser escuchadas.

Lo mismo sucede con mi padre y mi cuñado (mi mamá y mi hermana me instruyen con sus experiencias de mujeres casadas, una con 39 años de casada y la otra con 8) y generalmente siempre coincidimos en los patrones de conducta. ¿Y qué es lo que generalmente pasa cuando una mujer pretende ser escuchada por su hombre? Generalmente el hombre intentará solucionar el conflicto, de una manera rápida y práctica. Pero lo que la mujer necesita es simplemente apoyo emocional, de repente apapachos y sobre todo sentirse escuchada. No necesitamos soluciones, ésas se encuentran de una u otra forma. Así somos, diferentes. Es bueno saber las diferencias porque si insistimos en "cambiarlos" a semejanza nuestra, siempre fracasaremos en el intento. Los hombres son como son y las mujeres somos como somos: más lindas :D

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viernes, marzo 17, 2006

¡Maldita TV!

Mi marinovio llega a la casa y lo primero que hace es prender el televisor. Y una vez prendido, se desconecta totalmente del mundo, sobre todo si esta viendo Fox Sport o algún partido de futbol. No interesa que está sucediendo a su alrededor ni que yo le este contando las ultimas novedades. El, mientras espera que sirva la cena, solo mira television. Y despues tambien. Es como si un vicio se hubiera apoderado de el.

Ayer jugo su equipo e iba ganado. Yo habia preparado la cena y cuando le dije que ya estaba servido me dijo "un ratito, que termine el partido". Cabe señalar que yo habia esperado que el llegue, pudiendo haber cenado antes. Asi que me moleste y secretamente desee que su equipo perdiera. Era dificil porque ganaban 3 a 0. Pero finalmente se hizo justicia y les voltearon el partido 4 a 3. Que felicidad!!

Hoy, llega de la chamba, tarde, y nuevamente prende el TV. Yo le pregunto sobre que vamos a hacer mañana, y me responde de la manera mas insolita: "dejame relajarme!!!" Yo no se que le estara pasando, pero estoy pensando seriamente romper la TV. Me esta quitando a mi marinovio!!!

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lunes, marzo 13, 2006

Osito de piña

Este post está dedicado a un afanosísimo candidato a Marinovio, sin suerte en el intento, pero eso sí MUY APLICADO. Lo conocí, mejor dicho él me conoció, pues yo ni noté su presencia hasta varias semanas después, en mi antigua chamba en una ONG dedicada… a todo lo que las organizaciones de lucro sin fin: atender al público en necesidades “fundamentales”. Como buen candidato desafortunado, pertenecía al grupo de Contabilidad. Cuando me encontró estaba yo, flamante esposa, con un mes y medio de casada.

Se escurría entre el grupo de trabajadores jóvenes de la ONG rumbo a la cafetería este osito: chunchísimo, incapaz de hablar, pero con un corazón insospechadamente profundo y obseso. Departía, más bien nos veía departir en la mesa, a esta chica y a otros colegas. Si hablaba era para despedirse. Como diría mi abuelita: lo criaron bajo la mesa (o la cama, o algo peor???). Un buen día, descubrí que éramos amigos y me pareció genial pues todos los colegas del almuerzo oían las lindas historias y comentarios q yo hacía de mi amado matrimonio, pero eso no le detenía las ilusiones así que decidí hablar claro para evitar disgustos en la oficina (¿?) en ese “aclare amistoso” me vaticinó el divorcio con una firmeza que cualquier chamán envidiaría, no le creí, y justo por no creerle accedí a su pedido de que si me divorciaba él tendría la preferencia para reanudar mi vida. A los pocos meses mi matrimonio se desmoronó, pero pa' piña, él no fue el culpable, en verdad nadie más que los casados tuvo la culpa, ni siquiera llegó a detonante.

Al enterarse de la noticia, inició un caballeroso camino de galanterías: flores de Rosatel (no es cherry), poemas, cargar los paquetes en la oficina, protegerme como Forrest Gump protegía a Jenny, devotos besos al suelo que yo pisaba. Pero, pa' piña suya, en esos dos años justo cuando decidía darle bola, justo en ese momento aparecía fortuito alguien deslumbrante que me ganaba. En todas esas ocasiones él tuvo la primicia, nunca lo sorprendí. Pero el osito no era más optimista, y enviaba flores con poemas a mi casa sin importarle la competencia. Un día mis amigas, brujas liberales en rapto inesperado de romanticismo, me “sugirieron” que acepte salir con él y lo conozca antes de rechazarlo, total “es un buen chico q te persigue hace dos años, de repente es el hombre de tu vida sólo que no lo conoces!!!". Ante tal presión accedí, exploré el asunto hasta las últimas consecuencias buscando amar a alguien que decía “tener la receta para hacerme feliz”, y me encontré con la amarga sorpresa de que este dizque inocente osito intentaba embarazarme para atraparme, pero pa´piña, no lo logró y una semana después de cuadrarlo con ajos y cebollas…. me enamoré de otro muchacho, bye osito!!!.

Nunca le mentí ni le dí falsas promesas, siempre fue él quien solo se alimentó sus emociones, eso quedó siempre expresado con claridad meridiana. A pesar de las miles de negativas se pasó más de cinco años adorándome y esperando que lo acepte, usó TODOS los viejos y nuevos trucos, incluso mandarme flores a otro país (me mudé por trabajo), mejorar sus habilidades de poeta y fingir ser un insospechado Casanova… ¿A mí me la quieres hacer? Llegué a pensar que eso ya no era amor, sino manía, y aún peor, manía masoquista. La última vez que hablamos, hace más de tres años, lloró otra vez en mi presencia pues “sin mí no había luz en su vida”, ¡pero si nunca me tuvo! ¿Qué? ¿Se pasó la vida a oscuras? Y si es así, ¿cómo percibe la diferencia desde tal insensatez? Es demasiada carga para mí ser la luz de un taciturno… Lo siento, pero no la hago con tal responsabilidad, además no debe ser así.

Creo en los grandes amores, esos que trascienden la vida y la muerte, pero dudo muuuuuuuuucho que un amor pueda llevarnos al masoquismo, salvo que sea algo patológico. Será por eso que era tan piña el Osito, por aferrarse obsesivamente a alguien que lo apreciaba como persona pero rechazaba todas sus propuestas amorosas, perdió de vista que ÉL es el ÚNICO responsable de que haya luz en su vida y no yo. Osito, donde quiera que estés, espero que me hayas dejado salir de tu vida y no me lleves más contigo, por tu propio bien. Pero, al final… ¡Es tu lío hermano!

La imagen es cortesía de www.bestfriendspets.net

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jueves, marzo 09, 2006

Entre mirones nos miramos.

¡¡Ahh, mi vecino!!!

(Ese ahhhh no fue de placer, sino de fastidio).

Nos conocemos desde casi niños, nuestras mamás son grandes amigas (la clásica del barrio chico), y hoy ambos seguimos viviendo en la misma calle, cada uno con su respectiva pareja.

Teofrasto (llamémosle así) me pidió de buenas a primeras que fuese su enamorada cuando teníamos 12 años; volvió a la carga a los 18, y finalmente pareció tirar la esponja cuando me veía salir con un marinovio... y otro... y pasado el tiempo otro más... en fin, que veía pasar por la esquina a sus rivales muuuy reales, y supo desde su ventana que él no tenía ni la más infinitesimal pizca de esperanza conmigo. ¡No me gustaba!

Lo más patético para el pobre era que sus tres hermanos menores tenían todo un harén de amigas y marinovias, que se hacían presentes a cada momento en la puerta de su casa, y cuya condición de admiradoras era más que obvia a cualquiera que tuviese ojos para ver. ¿Él? era un chico taaaan noble... pero no tenía fans. Hasta su perro tenía más éxito que él en este campo.

Años después, casados ya todos (él, yo, sus hermanos), habiendo todos estado presentes en las bodas de los demás, Teofrastito sigue mirando el fruto prohibido!!

Yo no me había dado cuenta del asunto hasta hace unos meses, en que me pareció que mientras nos saludábamos, el muy pendex le echaba una miradita a mi delantera. "¿!¿!¿!! QUE COSA?!?!?!!?" pensé... nooo, Teofrastito es un muy buen chico, seguro que yo soy una malpensada de miércoles.

[Nota aparte: después de tener a mi Enana las tetas me aumentaron (primero dos tallas, después de acabar la lactancia se quedaron forever una talla más grande), pero no es para tanto... al lado de Pamela Anderson soy una niña impúber.]

De todos modos, mi scanner interno se quedó seteado en DefCon 1 para registrar las movidas de sus sapísimos ojitos las próximas veces que nos cruzáramos en la calle. ¡Et voilá! No era mi imaginación, el Síndrome de Tengo Que Mirarte las Tetas está presente de manera indudable.

¿Qué hacer? No puedo decirle "mira para otro lado, mañoso de M" porque... además de que el incidente no ha pasado de unas miraditas, ¡¡encararlo sería un gran roche para los dos!! Además con lo sinvergüenzas que son algunos machos, es capaz de decirme "te ha parecido, es tu imaginación..."

Una amiga me dice "mientras no pase a otra cosa, déjalo que mire, total, él sabe que nunca van a estar a su alcance". Y yo estoy debatiéndome entre la indignación de que me miren con ese descaro y la risa que me da ver que Teofrastito sigue siento el patético (aunque ahora un poco más pendex) de la familia.

Paréntesis: más de una vez he dicho que estar a dieta no impide echarle un vistazo al menú de vez en cuando. O sea: nunca me pareció (estado emparejada, marinoviada o ya casada) que fuese malo echarle una miradita (¡solapada y discreta!) a algún muchacho guapo alguna que otra vez... Pero ¡yo no les miraba el pene! Por eso creo que no estaba preparada para que otro me considerara parte de su menú y me mirara las tetas con tanto descaro.

Si las miradas libidinosas de Teofrastito son un castigo, me sigue pareciendo desproporcionado.

¿Opiniones, comentarios, sugerencias?


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miércoles, marzo 08, 2006

Mi Marinovio me sacó la vuelta con... ¡OTRO!!!

Pucha, ¡qué fuerteeeeee el título!!! Gracias a Dios esto no me pasó a mí, sino a una Pobre Marinovia conocida mía...

Será que los gays están de moda y al mejor estilo Brokeback Mountain, Pobre Marinovia encontró a su Marinovio Cowboy en brazos de un chiquillo. Esta historia sin embargo, no ocurrió en los paisajes de bellas y solitarias montañas norteamericanas, sino en nuestra bien ponderada y nada solitaria Eisha Beach. Aquisito nomás...

Creo que el título del post lo dice todo, pero ampliando un poco más la historia es así: Pobre Marinovia y Marinovio Cowboy eran una pareja linda, de esas que salen regios en la foto del Circo Beat de Somos los sábados. Él, regio, rubio, ojos azules, abogado, musculoso (iba mucho al gimnasio, hmmm, podría ser un signo, podría), 27 años. Ella morena, ojos verdes, regia, estudiante universitaria, anfitriona de eventos para cachuelearse, 22 años.

Él había alquilado una casa en la playa Palabritas (Eisha), pero ambos, por distintas razones, sólo iban los fines de semana y siempre en la camioneta de él, pues ella no tenía carro. Ese lunes Marinovio Cowboy le dijo a Pobre Marinovia que tenía que hacer un viaje urgente a Colombia por trabajo. Este tipo de viajes no eran inusuales y ella no tenía porque sospechar nada... Además volvía el viernes y le advirtió que estuviera con su bolsa lista para salir disparados rumbo a Eisha Beach.

Pobre Marinovia, el miércoles en la universidad, habiendo asistido puntualmente a su clase de las 7.00 a.m. y no habiendo asistido el profesor, surgió la idea, muy natural, por parte del grupo de amigos de aprovechar el día e ir a la playa. Pobre Marinovia ofreció candidamente su casa, porque allí incluso tenían comida y chela gratis, dijo. Así que partieron rumbo al sur en el carro de una de las amigas.

Llegaron y entraron a la casa como Pedro por su casa y como amistades de Pedro en su casa que eran todos. Pobre Marinovia les dijo para hacerles el tour por la bonita casa y cuando abrieron la puerta del cuarto principal: OH SORPRESAAAAAA. Marinovio Cowboy bien abrazado de uno que tú ves en la calle y piensas: surferito macho.

Obviamente, Pobre Marinovia sufrió un colapso nervioso y los amigos tuvieron que asistirla y llevarla de regreso a Lima.

Marinovio Cowboy intentó excusarse, ¿pero cómo podía excusar lo que todos habían visto?

A veces me he preguntado, ¿qué será peor? ¿qué te saquen la vuelta con un hombre o con una mujer? Supongo que el hecho de que te saquen la vuelta con un hombre te excime de responsabilidad, ya que sus inclinaciones no iban por ti... Ni si quiera tenías oportunidad de competir. No sé. Creo que debe ser espantoso que te saquen la vuelta, punto. Con un hombre o con una mujer. Pero debe ser mucho más chocante saber que tu marinovio ha estado mintiéndote de esa forma tanto tiempo, además, ¡usándote de pantalla! Qué horrible. Pobre, Pobre Marinovia.

Ojo, yo no tengo nada contra los gays, pero sí ODIO a los sacavuelteros de cualquier naturaleza. Ninguna persona, marinovio o marinovia, que ponga su corazón y confianza en una relación de pareja merece ser traicionado. Y lo que faltaba en esta época, no sólo estar preocupándote por las mujeres con calzón amarrado con serpentina que andan rondando a tu marinovio, sino también por los amigos. Como para fomentar la paranoia, cosa que no es mi intención... Más bien, pongan atención a los pequeños signos y nada... Suerte, ya qué si conocieran a Pobre Marinovia verían que hasta a la mujer más linda y segura le puede pasar. Chez.

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lunes, marzo 06, 2006

Amor, ¿te mudas conmigo?

Hoy les contaré una anécdota.

"¿Te mudas conmigo?" fue la propuesta que sin previo aviso hizo uno de mis marinovios, hace tiempo, a la salida de una discoteca que ya no existe.

La relación se había enseriado un poco, en el sentido de que yo tenía llave de su depa, pasábamos muchas horas juntos, hacíamos música juntos, nos gustábamos mucho, nos llevábamos brutal en la cama, hasta nos habíamos agarrado cariño como se dice y ya teníamos la exclusividad el uno del otro: pero algo me decía por dentro que no aún no era para tanto, así que le pregunté:

- De veras quieres eso?

Marinovio soñador responde:

- Sí, sí, me encantaría.

Marinovia flechada pregunta:

- ¿Y cómo es que se te ocurrió? ¿Por qué quieres que vivamos juntos?

Marinovio cándido contesta:

- Estoy cansado de vivir solo ...(Marinovia empieza a cambiar de color)... quiero tener calor de hogar... (Marinovia piensa "regresa a casa de tu mamita").

Marinovia empezando a echar humito pregunta:

- ¿Calor de hogar?

Marinovio empezando a despertar contesta:

- Mira, yo creo que hasta ahora nos está yendo muy bien, somos dos adultos libres, me encanta pasar el tiempo contigo, y creo que podemos hacer la prueba, ¿no? Si nos va bien, qué bueno, y si nos va mal, lo dejamos allí.

Marinovia que hace rato se cayó de la nube dice:

- Mira, mejor no nos apuremos, ¿ya? De todos modos así hasta ahora estamos bien, ¿cuál es el apuro de convivir? Las mudanzas son complicadas, y mejor no estresarnos a fin de año. Después hablamos, ¿OK?

Marinovio con cara de niño castigado dice:

OK.

Pero allí mismo se empezó a ir al caraxo la relación, porque ¡¡ufff!! Lo mínimo que una espera cuando le proponen marinoviazgo oficial es que el marinovio nos diga que está loco por una, tanto que ya no puede esperar, o que nos ama muchísimo y que por eso quiere convivir, en fin: alguna de esas hipérboles apasionadas que le ponen sal a la vida y nos levantan de lo cotidiano, ¿no? Algo que involucre más los sentimientos, los latidos del bobo, ¿no? Así tal como estaba hecha la propuesta, más me sonaba a que lo único que quería era quien le caliente la cama y le preparara el desayuno.

De modo que le hice caso a mis instintos de sabueso y no tocamos más el tema, y en menos de dos meses estábamos terminando porque lo pesqué inhalando cocaína. Saben, una cosa es tener un amigo drogo y otra muy distinta un marinovio drogo, así que como nunca tuve vocación para mártir, ante proyectos de vida tan diferentes lo más sano era decirnos , como los (ahora tíos) Fleetwood Mac, You can go your own way. Nos dijimos "chau chau" y no hard feelings, o como se dice ahora, lo que pasó, pasooó....

Pocos meses después de esta historia, me enteré por amigos comunes que ¡ya estaba conviviendo con otra marinovia! Una mujer casi 20 años mayor que él. ¡Plop!

Moraleja:

Cuando tu marinovio te proponga convivir, asegúrate de que sea por las razones apropiadas! No para dejar de pagar telo, ni para ahorrar en movilidad, ni por dejar de estar solito ni hacerse la vida más cómoda!

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viernes, marzo 03, 2006

¿De verdad son todos los hombres malos?

Es verdad que andan por este mundo de Dios ciertos especímenes capaces de hacerle la vida a cuadritos al mismísimo Lucifer. Pero tampoco son tantos, ¿no? De lo contrario, hace rato que --reinterpretando las tesis darwinianas de evolución natural-- habríamos cambiado en 180º nuestras preferencias sexuales, digo yo. Ni que todas fuéramos masoquistas.

A lo que voy es: en todos nuestros posts hasta el momento --incluidos los míos propios -- hemos criticado con gran entusiasmo las perradas que nos hace el género masculino. Pero me pregunto: ¿hasta qué punto somos nosotras mismas cómplices entusiastas de algunas de las cosas que tanto detestamos en nuestros marinovios? Es algo en lo que he estado pensando desde hace bastante tiempo, y ya que antes de casarme tuve mis bueeeenas horas de vuelo marinoviales (bastantes), me siento autorizada para opinar sobre el tema.

OJO, estoy diciendo ALGUNAS DE LAS COSAS... no todas!!! Obviamente hay hombres que se merecen un abandono previa pateadura con bautizo a la chalaca, y otros de los cuales más vale huir a toda marcha. Pero también creo no debemos caer en la autocompasión, y que hay otros marinovios cuyas fallas se ven tanto alentadas por nuestras actitudes.

Quizás con un cambio de actitud o de enfoque de nuestra parte podríamos ayudarlos a mejorar, o sino ayudarnos a nosotras mismas a encontrar un mejor marinovio.

Ejemplo nº1: Mi amiga X (obviamente no puedo revelar nombres) sabe muy bien que su marinovio saca los pies del plato cada vez que puede. Lo supo muy bien desde el principio: es más, ella se involucró con él mientras él estaba aún con su anterior marinovia. Ahora ella lloriquea y se queja de sus infidelidades, pero no piensa dejarlo. Le aconsejé: déjalo ahora. No me hizo caso, dice que lo ama y la historia sigue igual, con grandes peleas, dramas y reconciliaciones. Cierto, él es un jugador: pero si ella lo aguanta, él no tiene porqué renunciar a una situación que le es muy cómoda. Ella tiene alternativas, puede dejarlo, ponerle el ultimátum, o etc.: pero ella eligió seguir aguantándolo.

Ejemplo nº 2: El marinovio de mi amiga Z es medio especial: no le gusta salir con los amigos de ella. Ni ir a los sitios que a ella le gustan. O es con los amigos de él, o donde él escoja, o mejor que vaya ella sola. El tipo es un imbécil que se cree la última Coca Cola del desierto, y finalmente ella siempre asiste sola a sus compromisos. Pero eso no es todo: al final se enoja con ella por haber ido sin él al matrimonio de la amiga o al cumpleaños del amigo. Se pelean, pero al final ella acepta todo, lo calma, y hasta le da la razón como toda una Lady-Marinovia. Después de contarnos la última hazaña del susodicho, nos contó que se han comprometido. ¡Plop! Pues parece que a los dos les gustan mucho esos juegos del te molesto-me molestas-por favor no te(me) molestes. ¿Hay lugar a reclamos?

Ejemplo nº 3: Mi amiguita S, que tiene un carácter bastante fuerte, se queja de que a su marinovio le falta carácter, que si no se atreve a nada, etc. Siempre lo pone a prueba poniéndolo (valga la redundancia) en situaciones en las que él debe portarse como el machísimo hombre de mundo, cosa que no es su estilo porque B es más bien introvertido, y ella siempre le reclama su "pasividad", y siempre nos cuenta lo que pasó, calificándolo de poco menos que de "hueverto". La última: lo obligó a hacer un reclamo en un restaurante (por un supuesto mal servicio). Él se sintió muy mal, pero lo hizo para no quedar como zapatilla, y al final quedó en ridículo, siendo la más enojada ella. Si ella sabe que a él no le gustan estas situaciones, ¿quién está causando los problemas aquí?

Marinovias y marinovios, seguramente que ustedes conocen muchos más casos similares, así que los invito a reflexionar y a escribir al respecto.

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miércoles, marzo 01, 2006

¿Vivir contigo?

Si pues, estoy en un dilema: ser o no ser, pensando en la inmortalidad del mosquito, vivir o no vivir con él...

No es fácil, ¿saben? Es un gran problema. Primero están mis papas, uy, no sé, no me dirían nada. Es decir, nunca más me hablarían. Conociéndolos sé que ya la relación con ellos no sería igual, además porque saben que mi marinovio es divorciado y ya me imagino lo que diría mi mamá: "Ay no, ¡ése chico no me gusta para mi hijita!". ¡Bah! (Hace rato que me dió vuelta mamita). Mis hermanos, ¿qué dirían? Creo que nada, pero igual a los 30 años ellos ya estaban casados y viviendo bajo la ley, pero yo, la última hermana... ¡en una relación clandestina! El resto de mi familia no me importa, pero lo más importante, aparte de mis padres claro está, es la ex exposa. ¡Qué miedo! Sí, la terminator de la ex esposa me mataría, me aniquilaría, me diría: "Hasta la vista, baby", y ¡pum!, moriría al instante. La relación con ella es algo especial, pero esa es otra historia.

Ahora, luego de haber superado esos " pequeños obstáculos", está el hecho de que si quiero realmente vivir con él, qué pasará con mi independencia, con mis salidas nocturnas, con mis pequeños affairs solapas, con las llamadas de algunos fans enamorados (como servando y florentino), con mi privacidad, con mis ganas de estar en mi depa como me dé la gana, con mi desorden ordenado, con mi ropa, ufff, con tantas cosas, y sobre todo con el baño. ¡Nooo! Detesto compartir el baño. Será una mania loca pero detesto eso, detesto que alguien más use mi baño privado.

¿Y cómo será con él? Aunque ya he experimentado eso por algunos viajes hemos realizado -y la verdad es que es ordenado-, la verdad es que detesto que deje la tapa del W.C levantada. Muchas veces le he dicho: Amorciiiiitooooooooo, ven aquí. ¿Qué, mi amor?, me responde. Mira, le digo. ¿Qué cosa?, dice él. ¿NO VES? ¿Qué?, me dice. LA TAPA DEL BAÑO ESTÁ ARRIBA, ¡BÁJALA YA! Asu, yo misma sargento, y él la tuvo que bajar, pero bueno, eso lo puede aprender, lo puedo domesticar, eso es fácil.

Una convivencia es distinta, es para pensarlo muy bien... ¿Nos comprenderemos, me soportará, o nos soportaremos? ¿Cómo será? ¿Estaré haciendo lo correcto? Por ahora cada vez que me habla del tema, trato de cambiar la conversación, pero supongo que llegará el día en que tendremos que hablar bien y lo tengamos que decidir. Me gusta que me lo haya propuesto; es más, desde que iniciamos la relación creo que ya quería vivir con él, pero ha pasado el tiempo, no mucho, casi un año y medio de relación y ahora ya no estoy tan convencida como antes...

Claro que me gustaría pero ahora sí tengo miedo, sobre todo pienso en mis padres. En fin, estas decisiones las tengo que pensar muy bien, con la cabeza muy fría. Estoy acostumbrada a vivir sola y no sé en cuánto afectaria la relación vivir juntos, pero tambien pienso en que estaríamos juntos por las noches, en las mañanitas (el mañanero respectivo), pasaríamos más tiempo juntos... Ufff, tantas cosas pero (¡todo tiene su pero!) no sé cómo resultaría. Igual seguiré haciendola larga, veremos si se olvida. Además, ¡si no resulta me visto y me voy!

Imagen: http://www.angelfire.com/ar2/sologatos/perrosgatos.html

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